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Crónicas de la loca que cazaba nubes

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Cristal Tallado 1997 Frase de Reithor para El Cuentacuentos: “¡Se aproxima el fin del mundo!”.

¡Se aproxima el fin del mundo! y apenas a tres días de la fecha, los recuerdos de sitios, lugares, personas, aromas, sentimientos y sabores se me clavan como pequeños alfileres e hieren mi cordura. Me siento tímida y frágil ante la eternidad desconocida que presiento más allá de la muerte; pero me aferro al mundo que conozco con sus incomodidades e imperfecciones porque en él estás tú, alejando la incertidumbre y los miedos y haciendo de los momentos sombríos, instantes inolvidables.

Avanzamos hacia esa frontera enmarcada por el reloj  a pasos agigantados y curiosamente será el tiempo el que se autoinmole a sí mismo en ese apocalipsis que todos preven, arrastrando consigo a seres tan insignificantes como nosotros: sujetos siempre a sus designios. El amo correrá igual suerte que sus siervos en esta batalla ya perdida de antemano…

Anoche te observé mientras dormías y sentí envidia de las mariposas; seres tan hermosos de vida tan efímera, pero que viven ajenos a la duración de su corta existencia; yo en cambio, me tengo que conformar con espiarte a escondidas y barrer a diario los momentos de cristal que me regalas sin saberlo, para recogerlos en mi jubón y llevarlos conmigo cuando tú no seas tú y yo no sea quien soy ahora.

Faltan tres días para el desastre y aún no he reunido el valor para decirte lo que siento. Tres días, fugaces como estrellas de agosto, en que malgastar mi tiempo en la vergüenza de manifestarte lo que siento. Tres días, setenta y dos horas, cuatro mil trescientos veinte minutos, doscientos cincuenta y nueve mil doscientos flamantes segundos que me mortificarán y se burlarán de mí, si al final de esta fatídica cuenta atrás no reúno las fuerzas necesarias para decirte que te quiero.

Nota: la imagen la he conseguido en Picassa.
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Portada de La emperatriz de los etéreos


Autora: Laura Gallego García.
Título: La Emperatriz de los Etéreos.
Editorial: Alfaguara.
Género: Narrativa fantástica.
305 páginas.



La portada es la primera buena pista de la magia de este libro: tacto agradable con la cubierta de plástico que lo protege y que impacta visualmente en el ojo al primer vistazo por su originalidad; pero sobre todo es un libro que no engaña; el título en sí mismo, así como esa portada, son el preámbulo de lo que podemos esperar y el resultado no decepciona al final. La letra resulta cómoda de leer y hace aún más fácil adentrarse en los mundos de roca, hielo, cristal y agua que nos propone la autora a lo largo de sus páginas.

Quizá está planteado como un libro juvenil (al menos eso creerán muchos al ver el nombre de la autora), pero pienso que es válido para cualquiera. Máxime cuando hay grandes aficionados a la literatura de este género en todos los tramos de edad.

La protagonista es Bipa. Una chica tranquila y extremadamente práctica que vive con, Topo, su padre, y otros humanos dentro de una  comunidad en las Cuevas. La aventura arranca en el momento en que ella se decide a partir en busca de Aer, hijo de Nuba, un chico un tanto peculiar de su comunidad, que ha emprendido un viaje en pos de un sueño más allá de la prudencia y del sentido común. Ella pretende devolverlo con los suyos y quitarle ese estúpido deseo de la cabeza. Lo que no imagina es que en el recorrido cambien tanto ambos.

Vemos en este título, como en casi todos los de narrativa fantástica, la eterna lucha de poderes entre el bien y el mal. Los personajes y lugares son realmente imaginativos y con ellos la autora hace gran alarde de creatividad y fantasía. No he tenido oportunidad de leer aún su trilogía de “Las Memorias de  Idhun”, pero seguro que me animo a hacerlo. No es que este libro sea excepcional, pero sí que considero que es entretenido, sencillo y de lectura ágil. Un buen regalo para estas navidades o para cualquier fecha. Lo estimo válido de los doce años en adelante. Os invito a disfrutarlo.
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Título: (Drácula)

Editorial: 451
Colección: 451. Re:make Serie 451.Re.TM (Ternura Para Los Monstruos)
Género: Relatos (versiones remake)
149 PÁGINAS

Varios autores se reúnen para hablar del mítico personaje. Cada uno de ellos presenta un relato distinto. La primera edición es del 2008. 


En torno a Drácula podremos hallar en este libro un relato de Cristina Cerrada, Raúl Guerra Garrido, Eduardo Lago, Gustavo Martín Garzo, Ricardo Menéndez Salmón, José María Merino, Carmen Posadas y Santiago Sequeiros por último se encarga de ilustrar el libro.


Son relatos cortos con lo cual la lectura resulta ágil. No obstante he de admitir que esperaba mucho más de este libro. No en vano me acerqué a él con la firme convicción de encontrar en su interior una serranilla sobre el conde de Transilvania y mi decepción ha sido mayúscula cuando he finalizado su lectura sin encontrar ni rastro de esa serranilla.


Los autores, como se observa, son escritores más o menos consagrados, pero honestamente considero que las propuestas que aportan al libro son un tanto mediocres. Estoy convencida que más de un Cuentacuentos y más de una miembro de Minificciones, Ocio Zero, Ícaro Incombustible o Rutas Narrativas sacaría muchos más partido de la historia. No obstante, para gustos los colores…
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Frase de Scry para El Cuentacuentos: y cuando dio comienzo, aquel pequeño personaje dejó caer su caña mientras él colgaba de la luna.

Y cuando dio comienzo, aquel pequeño personaje dejó caer su caña mientras él colgaba de la luna enormes guirnaldas que cruzaban de lado a lado del firmamento, enganchadas de estrella en estrella. En aquellos adornos había un deseo por cada estrella y aunque sabía que le iba a llevar mucho trabajo, disfrutaba volando de luz en luz. Le encantaba brindar a los niños que subían a jugar con aquella caña, la oportunidad de atrapar en su anzuelo algún sueño. Era una especie de competición que se celebraba cada mes durante las noches en que la luna estaba en cuarto menguante.


En vida aquellos niños habían sufrido mucho y la muerte los había arrebatado demasiado pronto de brazos de sus familias. Ese juego les daba la oportunidad de olvidarse del dolor de sus enfermedades e incluso de recuperar su salud y regresar de nuevo con sus padres y amigos. Era difícil, dado que sólo podían lanzar su caña tres veces, pero no imposible. El deseo estaba escrito y bien envuelto en una especie de celofán rojo, muy cerquita de la luna, pasaba desapercibido pero para alguien observador resultaría fácil identificar su inconfundible palpitación. Dentro estaba el mejor de los regalos: un corazón nuevo, dispuesto a alojarse en el pecho de alguno de aquellos niños de triste sonrisa y de pálido rostro que aferraban esa caña mágica con esa ilusión fija en sus mentes.


Tras colocar los miles de deseos, él dio la señal. El niño lanzó con mano temblorosa y cerrando los ojos, la caña y ésta rozó un pequeño paquetito rojo que se removió. Al recuperar el sedal éste quedó prendido en uno de los brazos de la estrella y cuando eso sucedía los acontecimientos se precipitaban... El niño desaparecía de la vista y volvía a recuperar el calor de su cuerpo arropado en las sábanas de su propio lecho.
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Portada de El asombroso viaje de Pomponio Flato




Título: El asombroso viaje de Pomponio Flato
Autor: Eduardo Mendoza
Eidtorial: Seix Barral
Género: novela histórica
Páginas: 177



Un filósofo seguidor de las enseñanzas de Aristóteles y Estrabón, que estudia la Historia Natural ,tras varios contratiempos, llega por casualidad a Nazaret en pleno s.I. Él es romano y Nazaret vive en ese momento bajo el dominio de Roma, por lo cual su condición es una baza con la que ha de jugar.

Durante su estancia en la aldea recibirá una petición un tanto singular: demostrar la inocencia de un acusado de asesinato al que han impuesto como pena la crucifixión.

La historia con ciertos golpes de humor y datos históricos, nos habla de cómo procede a investigar sobre el caso con la colaboración de un ayudante.

Un libro que se lee en un santiamén y que merece la pena, pues nos invita a reflexionar sobre la verdad oculta a través de referencias a la Biblia, pero sin caer en el error de ser un libro que se pueda calificar como de religioso o católico. Pues nos adentra en la época de Cristo, a modo de crónica viajera a través de su protagonista, usando como arma secreta el sentido del humor.
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  • Hoy día 18, a las 19h en Lan Ekintza (Paseo de Uribitarte 3) se podrá ver el documental sobre el cambio climático "Una verdad incómoda" del ex presidente de EE.UU Al Gore.
  • A las 20h la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao ofrece en el Euskalduna un concierto de música de cámara gratuito. En él podremos apreciar la versatilidad del txistu.
  • El getxotarra Gonzalo Iribarnegaray expone hasta el día 15 de diciembre en el Café Satistegi (Avenida Basagoiti 51) de Algorta la exposición bajo el nombre de "Tierra". El artista a través de imágenes nos invita a conocer otras culturas. La exposición consta de doce grandes y veinticinco pequeñas que forman una grande adicional a modo de mosaico. En ellas podremos observar paisajes y gentes de: Camboya, Vietnam, Bostwana, Zimbabwe, Gambia, Etiopía, Croacia, Egipto, Marruecos, Argentina, Cuba o los desiertos del Sahara y el Kalahari. Más información en: www.gonzaloibarnegaray.com
  • Bilbao es durante este mes la capital de la fotografía y nos visitarán entre otros: Ginés Asensio con us exposición "Una mirada en blanco y negro" que podremos visitar hasta el día 30 en el Centro de Distrito de Castaños; Isabel Díez que nos presenta "Al filo de las mareas" y que podremos verla en la Sala de Exposiciones de la UPV en la Calle de España 2; Wentong Wang con su "Go into natura" que estará hasta el día 30 de noviembre en las Salas Espacios de los Mundos en Simón Bolivar 17.
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Debería haber más promociones de este tipo a mi entender. ¡Ojalá ésta tenga éxito! Desde el día 14 de diciembre y hasta el 5 de enero se podrán comprar unos bonos pensados para que se consuman artículos de cultura: libros, música, entradas de cine o teatro, tarjeta de fidelización a museos etc...

Los bonos tienen un valor de 15€ subvencionados por el Gobierno Vasco. Se trata de gastar 40€ en cultura y sólo pagaremos 25. Será un bono por persona y se excluyen de la lista los libros de texto, informática y electrónica o juegos y videojuegos.

A mi juicio la iniciativa promete y con gusto haré acopio de uno de esos bonos para emplearlo en cualquiera de las opciones que se nos dispensan. De hecho ya tengo un par de ideas...
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Frase de Brian para El Cuentacuentos :"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".

(Dedicado a mi amiga Mónica, anticipándome a su cumpleaños: Te veo en unos días, loca).


Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Se despabiló aturdido. Miró a su alrededor inquieto; el resto de sus compañeros sentían el mismo miedo que a él le atemorizaba, a juzgar por sus rostros desencajados y los sollozos entrecortados que se escuchaban de vez en cuando.

Todo un elenco de seres de lo más variopinto se había reunido en el hall del banco sembrando el terror. El cabecilla del peculiar grupo era precisamente el dinosaurio. No se trataba de gente disfrazada celebrando de forma tardía la noche de Halloween, sino de auténticas momias, vampiros, dinosaurios, hombres lobo, alienígenas... que habían elegido la sede central del Banco Intercontinental para dar el gran golpe. "¡Ojalá esto fuese una pesadilla o una de esas películas absurdas que prohibió el gobierno hace lustros!", pensó para sí.

Miró de reojo la galleta de dinosaurio que llevaba guardada en la chaqueta de su traje, y que su hijo de cuatro años le había regalado con toda la ilusión del mundo esa misma mañana diciéndole: “Para que te acuerdes de mí en el trabajo, papá”. Una lágrima huérfana resbaló por sus mejillas. “Siempre me acuerdo de ti y de mamá, cariño”, le había respondido él. Cosa del todo cierta, pero aquella lágrima no era por ese recuerdo, sino por la soledad que se dibujaba ante sí, en las presentes circunstancias. Aún no había fallecido nadie, pero había varios heridos. El vigilante de seguridad que había intentado franquearles el paso en la puerta giratoria era quien peor malparado había quedado. El zarpazo del dinosaurio había desgarrado su brazo derecho a la altura del codo como si de la envoltura de un caramelo se tratase. El hombre estaba aún tendido en el suelo, medio desangrado y con convulsiones y espasmos que por momentos le sumían en una especie de sopor cercano a la muerte. Estaba febril sin duda y eso podía ser indicio de infección, pero nadie podía hacer nada por él.

Por momentos el pesimismo le invadía y se dibujaba en su rostro. Sabía que idénticos pensamientos volaban por las cabezas de todos los presentes. Aquellos seres no estaban allí por casualidad. Estaban respondiendo al alarde que dos días antes había hecho el gobernador sobre lo inexpugnable del edificio. Él había lanzado el órdago y ellos le habían declarado la guerra sin dilación. Muchos de los ciudadanos habían desaprobado (en privado) el discurso, por considerarlo una provocación a los planetas del Sistema que habían quedado excluidos de la última unificación interplanetaria, y ahora estaban él y sus compañeros, humildes trabajadores, jugándose la vida por las imprudentes palabras de uno de los hombres más poderosos del universo, al que no le importaban lo más mínimo las vidas de los escuálidos empleados de la sede central del banco del que era principal accionista. Además todos eran humanos: “una auténtica lacra social”, como había dejado entrever alguna vez en círculos políticos. Unas desafortunadas declaraciones que en su día a punto estuvieron de costarle el destierro, pero que hábilmente pudo reconducir para que todo quedase reducido a una cuantiosa multa.

Miró inquieto su reloj de nebulosas e hizo cálculos de qué estarían haciendo su mujer y su hijo, en esos momentos de visita en casa de los padres de ella en la nueva colonia a 13500 años-luz de distancia. Era consciente de la gravedad del asunto: los que estaban viviendo aquella situación extrema, se hallaban en el punto más alejado del planeta y además desde varios días se venían detectando problemas en las comunicaciones de aquella región, es decir, estaban totalmente aislados del exterior. A ello había que añadir el tiempo ya transcurrido y que daba pie a una amenaza latente: si en diez horas (llevaban ya cerca de siete) nadie anulaba el sistema de seguridad la torre se autodestruiría con todos en su interior; ése era el gran e innovador sistema del que había hablado el gobernador y sobre el que incluso había llegado a bromear, retando a cualquiera a que intentase penetrar en el inmueble; en caso de asalto las entradas quedaban selladas y sólo podrían salir si el sistema de regulación interna se anulaba, para ello hacía falta la orden del propio gobernador o de las autoridades: quien entraba por la fuerza no podría abandonarlo sin más. Todo jugaba en su contra pues estaban en un planeta-funcional y por tanto inhabitado: uno de esos planetas-trabajo que se habían ido colonizando por parte de las grandes empresas para que éstas montasen sus negocios al margen de las pequeñas sucursales que se podían encontrar en el resto de los planetas, creciendo sin medida en enormes edificios flotantes, terrestres o subterráneos; todo valía en pro de las ganancias de unos pocos. El último trasbordador que hacía la ruta interplanetaria diaria para acercar a los trabajadores del sector a sus respectivos planetas, partiría en unos diez minutos y siendo sábado las cosas se complicaban, pues el toque de queda se adelantaba dos horas y eso impedía movimientos en la superficie terrestre de cada planeta más allá de las nueve y media de la noche. Lo cual ralentizaría el protocolo de rescate haciéndolo inservible para cuando estuviesen operativos.
(***)
El gobernador, un autócrata orgulloso, se divertía en su despacho desmenuzando con sus enormes puños unas piedras de río, mientras escuchaba los jadeos de quienes fornicaban, una vez más presionados por el chantaje, en la sala contigua a petición suya. Siempre había sido un depravado, pero mientras a otros aquellas conductas les llevaban a la cárcel, a él le reportaban suculentos contratos y negociaciones a cambio de que sus perversiones no salieran a la luz pública. Siempre fue un gran jugador y sabía cómo usar sus cartas.

Su último golpe maestro estaba a punto de tener lugar en cuestión de horas. En el interior de la sede principal de su querido Banco Intercontinental. Nadie sospecharía que el artífice del supuesto secuestro era él. Se había cuidado muy mucho de divulgar su amor casi enfermizo por aquel enorme rascacielos y la titularidad del seguro no figuraba a su nombre, sino al de su esposa (fallecida hacía años, hecho que había mantenido oculto durante todo ese tiempo). El plan resultaba perfecto: indemnizaría con la ridícula cantidad que establecía la ley, a los familiares de los muertos; presidiría las exequias y acto seguido desaparecería del panorama público paulatinamente, para adoptar el aspecto de cualquiera de las otras especies inteligentes que habitaban el Sistema. Los laboratorios especializados en genética que tenía en su satélite privado, habían dado excelentes resultados con todos aquellos engendros de la naturaleza, en forma de momias, vampiros y demás que habían asaltado el banco y él los probaría consigo mismo.

La siguiente fase del plan tendría que aguardar unos años, pero era la más interesante. A partir de los datos recabados en ese lapso de tiempo, desde la destrucción del prestigioso edificio hasta la segunda parte del plan, iría eliminando poco a poco y bajo la apariencia de pequeños accidentes o sucesos incontrolados a los varones humanos. La idea de implantar en las galletas con forma de dinosaurio para niños, esa sustancia de seguimiento que superaba sin problemas los controles de calidad más exhaustivos, lograría por un lado ubicar en cada momento el punto exacto del Sistema solar en que estuviesen esos niños o adultos facilitando su labor de exterminio y por otro el de identificar a las hembras de la especie y usarlas como esclavas para la procreación. Aplicaría en ellas los diversos avances en las técnicas de fecundación y reduciría los nueve meses de gestación a la mitad, a fin de aumentar el número de nacimientos. Nacería así una nueva raza de la que él sería el padre y con ella dominaría el universo.

Nunca pudo soportar que le rechazasen de joven tres mujeres a las que había manifestado sus sentimientos. Eran sin duda las hembras más atractivas de todas las especies, pero él no había nacido para ser rechazado y menos por una mujer.
(***)
Gotas de un sudor congelado perlaban sus rostros. Si en seis minutos nadie conseguía derrocar al ordenador central, la deflagración tendría lugar con ellos dentro. Los sollozos de los primeros minutos de cautiverio ahora eran auténticos lloros; la mayoría se abrazaba a quien tenía al lado, presa del pánico general; había quienes rezaban, pues no había riesgo de ser denunciados por aquella práctica (ilegal desde la primera unificación) cuando estaban a punto de fallecer irremediablemente sin que las autoridades pudiesen evitarlo; otros corrían desesperados arremetiendo contra los captores y acababan golpeados brutalmente por alguno de estos, mordidos o lo que era peor: muertos antes de la explosión final, en un macabro aviso de lo que les iba a suceder a todos.
(***)
Arrojó asqueado el libro sobre la cama. Se lo había recomendado uno de sus mejores amigos, pero aquello era sin duda peor que los cuentos para niños. ¿Quién se iba a creer aquella estupidez de dinosaurios, vampiros y otras especies viajando de planeta en planeta? Ni siquiera un estúpido adolescente creería aquellas patrañas. Abandonó su cama y sacó un par de piedras del acuario que tenía sobre su escritorio estudiantil. Las pulverizó con asombrosa facilidad. Siempre había tenido unos puños poderosos y una fuerza asombrosa, pero entre las mujeres nunca había tenido demasiado éxito. Recientemente una compañera de facultad le había rechazado… Se rió con un sonido gutural como enloquecido mientras pensaba: “¿De qué me suenan lo de las piedras de río y lo del fracaso con las mujeres?”
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Título: La Òpera secreta. Mozart y la partitura masónica.
Autor: Javier Urzay
Editorial: Suma de letras
Género: novela histórica
355 páginas

Javier Urzay (economista español) nos hace caminar por las calles de Viena, calándonos hasta los huesos de la música de Mozart. Ésta es su primera novela y sin duda no será la última:

Paul, un experto musicólogo vienés, recibe por casualidad coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento del portentoso compositor, una carta manuscrita inédita y que apunta a que fue escrita por el malogrado genio. En su investigación conoce a Brenda, una joven, entusiasta también de los grandes clásicos, que le ayudará a descubrir la autenticidad de la carta y a indagar sobre los últimos años de vida del genial pianista.

Está tan bien documentada y tan bien hilada la novela, que uno detiene sus horas y suspende sus quehaceres diarios con el sano deseo de seguir aprendiendo más sobre la música del s.XVIII y los pormenores de lo que se vino a denominar “El siglo de las luces”.

Hay continuos saltos en la trama desde la época de la Ilustración a la contemporánea, pero están hechos con tal maestría que se cumplimentan perfectamente dentro del conjunto del argumento. Cabe destacar además el impecable manejo del alemán y el italiano por parte del autor cuando lo requieren los personajes, haciendo más verídica la historia. Una lectura altamente recomendable.

JAVIER URZAY (Biografía):

España (Madrid, 1963)


Es licenciado en Ciencias Económicas y amplió sus estudios en Italia. Ha trabajado como consultor de estrategia y para una agencia gubernamental de innovación y tecnología. Ocupa un puesto directivo en Pharmaindustria. Mozart es una de sus grandes pasiones y según sus palabras ha escrito el libro que a él le gustaría leer.

Nota: Los datos biográficos los he obtenido de www.lecturalia.com
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Título: Lobo Gris
Autor: James Nava
Editorial: El tercer hombre
Género: novela de acción
557 páginas
Este libro nos introduce a través de Jason (un agente de la C.I.A huido) y la bióloga Kate, en el apasionante mundo de los lobos. Descubriremos muchos de sus enclaves y la base de sus comportamientos, sin que se trate de un ensayo sobre el tema.

Es una novela entretenida en la que se combinan: la alta política, el espionaje y los lobos. No faltan los momentos románticos, la tensión, ni la intriga. La trama transcurre principalmente en un pueblo ficticio del estado de Montana (de donde es originario el protagonista), pero nos transporta por momentos a Washington, a Alemania o a países en conflicto bélico.

A lo largo de todo el libro se dejan entrever detalles ampliamente documentados sobre el mundo militar. Dado que el autor perteneció durante años a uno de los cuerpos de élite del ejército estadounidense. También son patentes los amplios conocimientos que el autor posee sobre los lobos y el amor que le suscitan esos bellos animales.

BIOGRAFÍA DE JAMES NAVA:

James Nava, de origen español y norteamericano de adopción, ingresó como voluntario en una unidad de elite del ejército a los 17 años, y ha desarrollado sus áreas de interés profesional en el ámbito de las Fuerzas Especiales y la Comunidad de Inteligencia delos Estados Unidos, sobre las que tiene un gran conocimiento. Es un apasionado de los lobos, los espacios naturales del Oeste norteamericano, y de la cultura nativa india y americana, entre otros muchos temas. Como analista está especializado en asuntos norteamericanos, política internacional, seguridad y defensa. Actualmente, es asesor militar y de Inteligencia, inversor financiero, y escritor. Ocasionalmente, enseña Escritura Creativa.

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Ensimismados como estaban, al principio no percibieron el murmullo de voces que venía del fondo del valle y perdieron unos valiosos segundos en reaccionar, pero afortunadamente nadie les había descubierto, así que bastó con que se escondieran tras los árboles y emprendiesen el descenso, con el mismo sigilo con que habían actuado hasta entonces.

Una vez ya cerca del lago, aprovecharon un pequeño montículo próximo al camino por el que habían descendido, para permanecer ocultos. Eran muchos los allí presentes y los niños miraban desconcertados sin poder dar crédito a que todos aquellos personajes estuviesen en aquel lugar... A la derecha de la casacada, en el lado noreste de la ensenada había un par de lobos vigilados por un cazador y un leñador; a escasos metros de ellos a su izquierda había tres cerditos y un total de hasta siete cabritillos; una apacible tortuga y una inquieta liebre que daba brincos nerviosa; no faltaban un ogro y junto a él un gato con botas; un niño minúsculo se posaba sobre un tocón cercano (los niños dedujeron que se trataba de Pulgarcito) en sus pies llevaba unas enormes botas que sin duda eran las famosas botas de siete leguas. Mirasen donde mirasen siempre se les dibujaba una enorme sonrisa descubriendo más y más personajes de cuento: Pinocho; Caperucita Roja; la Sirenita con su cola parcialmente sumergida en el agua; algunos príncipes;  un par de brujas (una de ellas con un enorme espejo) fácilmente identificables por sus feas narices y sus escobas; una niña y un niño que guardaban un tremendo parecido físico y que sacaban a cada instante de sus bolsillos todo tipo de golosinas (Hansel y Gretel sin duda);  al menos tres hadas que revoloteaban alrededor de una hermosa princesa de hermosos cabellos rubios dispensándole todo tipo de atenciones; una princesa de belleza marmórea (a la que dieron enseguida el nombre de Blancanieves);  una princesa de larguísimos cabellos rubios que enroscaba a duras penas en dos trenzas, pero que inevitablemente se perdían varios metros tras ella; no muy lejos de ellas había una muchacha de origen sin duda más humilde rodeada de pajarillos y ratones; un flautista la miraba de reojo y de vez en cuando tocaba algunas notas con las que encandilaba a los ratoncillos; a la izquierda de esa chica había otra que portaba en sus brazos un hermoso bebé al que no dejaba de hacer carantoñas; a unos pasos de ellos y ocultándose entre otros de los presentes (una oronda mujer con corona que llevaba un feo vestido con corazones y que  parecía tremendamente alterada, con su mirada fija en una niña rubia de unos siete años y un curioso conejo que consultaba a cada segundo un reloj de bolsillo);  estaba el hombrecillo al que habían seguido, y que según comprobaron, no paraba de observar una y otra vez a aquella madre y a su bebé con ojos avariciosos.

La multitud allí congregada era de lo más variopinta, pero parecía arracimada por grupos que guardaban algún nexo en común: los malos con los malos, las princesas con las princesas (de vez en cuando algún sapo salía del agua y alguna de las princesas más osadas o pícaras se acercaba a besarle). Todo era tan irreal y tan fantástico que les costó grandes esfuerzos mantener la calma y reprimir sus gritillos de sorpresa, aunque comprendían que allí iba a suceder algo importante y que la Reina Violeta era quien había convocado la reunión, y que ante todo debían mantener la compostura y aguardar acontecimientos. Quizá de aquella asamblea aprendiesen cómo recuperar sus anhelados colores. Era cuestión de paciencia. Estaban convencidos de ello. La reina no podia tardar mucho más.

(Continuará...)

Nota: aquí os van los enlaces con las entregas anteriores de esta historia: www.mimundomiburbuja.blogspot.com/2009/11/un-mundo-sin-colores-2-parte.html y www.mimundomiburbuja.blogspot.com/2009/11/un-mundo-sin-colores-1-parte.html

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Los amantes de los relatos de terror tienen una convocatoria interesante que no deberían desperdiciar. Más abajo teneis las bases. No desaprovechéis la oportunidad de participar y de dar a conocer vuestros escritos. 




Bases:

1.- El autor deberá ser mayor de edad. Podrán participar autores de cualquier nacionalidad.
2.- Podrán presentarse un máximo de 5 relatos por participante
3.- Los trabajos deberán ajustarse al tema propuesto “Relatos de terror”.
4.- Los trabajos deben enviarse a admin@arteliteratura.net Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

5. Las fechas para el envío de trabajos será del 14 de Noviembre de 2009 al 31 de Diciembre del 2009.

6. Los trabajos deben tener una extensión máxima de dos páginas y mínima de una.

7. Los trabajos se publicarán en http://www.arteliteratura.net en orden de llegada.

8. De el uno de Enero al uno de Febrero se abrirá el plazo de votación. Los tres más votados pasarán a la final en la que un jurado escogerá el relato ganador.

9. El 15 de Febrero se anunciará el ganador.

10. El premio consistirá en un set de libros y un diploma acreditativo.

11.- El ganador se compromete a enviar una fotografía suya con el fin de exponerla en la comunidad literaria.

12. Con los cincuenta mejores relatos se publicará un recopilatorio bajo el nombre de Los 50 mejores relatos de El Arte de la Literatura.

13. La participación implica la aceptación de las bases.

Nota: toda la información de este post, así como la imagen que lo encabeza pertenecen a la web que organiza el evento.
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Acostumbrados como estaban ya, a dejarse guiar por el resto de sus sentidos obviando el de la vista, no tardaron mucho en zafarse del icómodo humo y de la inoportuna tos, encontrando el rastro del malhumorado duende al cabo de unos instantes. Apartaron las bicis del camino, tapándolas con algunas ramas y hierbas secas, y emprendieron la marcha tras él. Lo hicieron en silencio, pues no querían que el duende les descubriera.

El hombrecillo caminaba ágil entre la frondosa vegetación, ajeno a quienes le seguían, pero se le notaba nervioso. Verdaderamente más que caminar, corría. Quizá después de todo, sí fuese cierto que tenía que reunirse con esa tal reina Violeta. Los niños no dejaban de dar vueltas en su cabeza a los últimos sucesos y la esperanza de que aquella reina hermosa o el propio duende les pudieran ayudar a recuperar los colores, les incitaba a no entretenerse contemplando el bosque, excepto para recordar algunos puntos significativos que les pudiesen servir de referencia en el trayecto de vuelta. No les preocupaba en absoluto que se fueran internando más y más en aquel lugar hasta entonces desconocido, porque la ilusión les embargaba.

Tras varios minutos de caminata, el duendecillo desapareció de su vista de manera repentina. Exploraron las cercanías del lugar en que le habían visto por última vez y no encontraron nada en absoluto. Salvo una escarpada pared prácticamente lisa que parecía poco probable que aquel hombre pequeño hubiese escalado. Por un momento, la desesperanza atenazó sus corazones. Algunos de los niños, hicieron incluso el gesto de emprender el camino de vuelta, pero uno de ellos se empeñó en buscar con más intensidad... Así es como bordeando la loma por varios minutos tras un brusco giro a la izquierda por un estrecho corredor, encontraron una pequeña hendidura por la que era plausible que el duende hubiera pasado, dado que también ellos cabían. Ni siquiera llegaron a plantearse que quizá lo que hubiese al otro lado no fuese de su agrado.

El túnel más largo de lo que les pareció al primer vistazo, aunque estrecho era bastante alto y les permitía caminar en fila de a uno totalmente erguidos, sobrando aún mucha distancia sobre sus cabezas. Al  atravesar del todo el paso, no tardaron en comprender que habían dado con un lugar mágico.  A unos cientos de metros al otro lado de aquella oquedad, vieron una encantadora explanada a la que se accedía por un sinfín de sinuosos caminos terrosos que descendían desde aquella loma que habían dejado a sus espaldas. Lo que hacía singularmente bello el enclave era la cascada cuyas aguas relucían en una tonalidad blanca muy intensa cuando se precipitaban hacia abajo estrellándose con las pequeñas rocas del lago. Todo el valle aparecía plagado de flores de todas las clases y lindos pajarillos de todos los tamaños revoloteaban alrededor de aquel maravilloso lugar entonando cada especie su propio trino, pero conjuntándolo perfectamente con el canto de las demás especies, como si entre todos estuviesen entonando una misma melodía. Los niños contemplaban todo ensimismados y la pequeña punzada de culpabilidad (pues intuyeron que no habían sido invitados a presenciar aquello) no logró empañar su felicidad ni un ápice.

(Continuará...)

Nota: os dejo el enlace con el comienzo de la historia www.mimundomiburbuja.blogspot.com/2009/11/un-mundo-sin-colores-1-parte.html

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 Imagen de www.123rf.com



“De la noche a la mañana, los colores ya no existían” Frase para El Cuentacuentos.



De la noche a la mañana, los colores ya no existían. Pareja a esa carencia de tonos, las lluvias se hicieron más y más infrecuentes (lo inquietante es que nadie presintió un suceso de tal relevancia), la inseguridad creció por las calles y el temor y la tristeza camparon a sus anchas. Los prejuicios fueron en aumento y nadie se fiaba de nadie: los billetes eran difícilmente identificables a pesar de los sofisticados lectores con que contaban los comercios. Las mafias se convirtieron en verdaderos depredadores que buscaban, entre los mentirosos más hábiles: matones, estafadores o asesinos con que atemorizar a sus víctimas e incorporarlos en sus filas.

No faltaron tampoco los oportunistas que vieron en la ausencia de colores un buen negocio, y que se dedicaban a vender con más o menos éxito, supuestos productos milagro que decían devolver al mundo sus matices.

La melancolía se palpaba en cualquier calle o casa y era como una prenda más que cada cual llevaba durante las cuatro estaciones del año, pegada a su cuerpo. Cada vez eran más frecuentes las enfermedades asociadas al stress o a la depresión. Niños y mayores perdieron sus sonrisas bajo la fría mano de la niebla que cubría todo de blanco y negro. Los vecinos que antes se miraban con respeto o incluso con camaradería en el rellano de la escalera o en el ascensor, ahora lo hacían con trémulos ojos esquivos que viajaban de lado a lado en el interior de sus cuencas, temerosos de ser atrapados en alguna de las muchas mentiras que soltaban por no perder sus vidas (pronto la mentira fue tan común, que salía por instinto incluso de las bocas de los más pequeños).

Las autoridades no pudieron evitar que la opinión pública hiciera sus propias suposiciones sobre la repentina desaparición de los azules, rojos, amarillos… Y una de las teorías que cobraba más fuerza era la de que se trataba de algún tipo de arma química. Algunas multinacionales contrataron agentes que se camuflaron entre la población difundiendo el rumor de que se trataba de un vertido tóxico que viajaba por el agua y el aire. Las pequeñas fábricas familiares fueron las primeras cabezas de turco que cayeron en aquella trama y cientos de familias se vieron obligadas a abandonar sus casas y a mendigar.

Las ciudades se fueron despoblando y paulatinamente la gente regresó al campo: allí, sus vidas fluían a otro ritmo y las relaciones entre vecinos eran francas y cordiales. Era fácil acostumbrarse a aquello y olvidar por completo el mal que les aquejaba en la ciudad. Ciertamente los colores seguían sin verse por ningún sitio, pero la ilusión se notaba de nuevo en los ojos de todos, y las carcajadas brotaban puras desde las gargantas de cualquiera. Los niños crecían felices, sin pesadillas, ni miedos que empañasen sus horas y todos se fueron acostumbrando casi sin darse cuenta, a la ausencia de colores. Allí no había vallas publicitarias que reclamasen su atención, ni absurdos objetos “cotidianos” que absorbiesen su tiempo en nimiedades. En el campo sólo tenía importancia lo que de verdad resultaba valioso.

Una tarde de verano y de manera espontánea, un grupo de niños llegados hacía un par de años desde una de las ciudades cercanas, se alejó por las pistas y caminos del pequeño pueblo en que vivían, con la intención de explorar el monte y el bosque que rodeaba la pequeña aldea. Tras varios kilómetros entre árboles, tierra, matojos y piedras la bici de uno de ellos tropezó con una rama semienterrada y él cayó al suelo. Bajo sus pies lo que parecía un animalillo se revolvía inquieto. Al levantarse descubrieron un pequeño hombrecillo con un gracioso sombrero sobre su cabeza. Sus afiladas orejas les indicaron que se trataba de un duende. La sorpresa y la emoción les impedían articular palabra y se miraban de hito en hito los unos a los otros, totalmente desconcertados por el encuentro.

— ¿Qué miráis, niños tontos? ¿Acaso no habéis visto nunca un duende?— preguntó con su vocecilla chillona — No, claro que no… ¡Qué bobadas digo! Sois esos niños que huisteis de la ciudad asustados, porque no había colores en vuestras casas, ni en vuestros coches, ni en vuestras ropas…
— ¿Có, cómo sabes tú eso? — se atrevió a decir uno.
— Pues por lo que veo además de tontos, sois ciegos y sordos… ¡Te he dicho que soy un duende! Los duendes sabemos esas cosas.
— Oiga, señor, siento haberle aplastado — dijo el niño cuya bicicleta le había derribado— , pero no debería insultarnos.
— Mira, chico, digo lo que me parece y si no ¿para qué habéis venido hasta aquí? ¿Nadie os ha contado que esto es terreno de duendes y la entrada está prohibida a los humanos? ¡No me extraña que no veáis los colores y eso que nunca han desaparecido! Y pensar que la Reina Violeta creía que habíais aprendido ya la lección…
—¿De qué habla? ¿Quién es esa reina? Los colores desaparecieron, todo el mundo lo sabe, por un vertido químico — habló otro de los niños.
— Bueno, no voy a discutir con vosotros. Ya he perdido bastante tiempo. La reina me espera. ¡Alejaos de aquí cuanto antes y dejad de molestar!
—No, por favor, señor, no se vaya—pidió la más pequeña de los niños— yo quiero saber quién es esa reina. ¿Es guapa?, ¿tiene corona?, ¿es un hada?
— No, no es un hada y sí es muy hermosa. Precisamente tengo que reunirme con ella y a donde voy vosotros no podéis venir. Conque dejadme en paz ya… ¡Id a jugar a otro sitio!

Sin más preámbulos el hombrecillo desapareció tras una pequeña nube de humo gris que les hizo toser.



(Continuará)

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Mi relato llega con cierto retraso, tanto que debería haberse publicado el lunes pasado, pero no se me ocurría nada. Esto no es gran cosa, pero no quería pasar por alto la oportunidad de publicar para El Cuentacuentos.

"Dame cuatro motivos para continuar" frase de Ártico para El Cuentacuentos.

-Dame cuatro motivos para continuar. Me cuesta levantarme cada mañana con el mismo entusiasmo que antes- confiesa abatido.
-No tengo tiempo para darte cuatro. Espero que te baste sólo con tres- dice ella mientras mira de reojo su reloj de pulsera y toma ruidosamente un sorbo de su café con leche diario.
-Siempre fuiste un poco tacaña- dice él entre sonrisas, con su uniforme impecable -. Está bien, dame tres.
- El amor, la vida y la justicia. ¿Te bastan o no?- responde con un beso fugaz en sus labios.
- Créeme, serán suficientes para seguir adelante. No siempre es fácil seguir viviendo bajo la amenaza contínua de un atentado.
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MAREJADA DE TRISTEZAS

Vacío mis bolsillos de tristezas
y hago con ellas castillos sobre la
arena mojada, que se revuelven
bajo mis pies como pesadillas
sacadas de la peor de las siestas.
Y el oleaje del mar baraja
como crupier experto que no deja
que le engañen o le marquen las cartas.
"No quiero penas", me gritan sus aguas
"No quiero amansar mi furia", dice su
espuma desde el balcón de cada ola
y yo mientras recojo en mi balde...
besos que me arrullen cuando tú me faltes.
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Quienes me conocen saben que soy testaruda por naturaleza. De ahí que siga intentando eso de escribir un poema. Éste lo he escrito entre ayer y hoy. Es un tanto pesimista, pero soy incapaz de escribir en verso, si no es desde el desgarro. ¡Qué le voy a hacer?





 
Desvelos

Lloro con total desconsuelo
las risas que caen de tu boca.
Mi alegría la tierra la tragó
en el punto exacto donde estás...
Y quedó enterrada bajo
las miradas que das a otras [chicas].

Juré por Dios que nunca más
probaría las mieles del amor
pero... resistirse no es fácil
y caí en su red de algodones,
rosas espinosas y tinieblas,
 tejida con la maraña de tu encanto
y el hilo de tu sonrisa seductora.

Por eso ruego con igual fervor
que te destierre de mi vida,
que te saque de mis lágrimas,
que te aleje de mis latidos,
de mis suspiros contenidos, 
de mis muchas noches de insomnio
y que lo haga limpiamente...
aunque sea a puñetazos
o con el filo de un diamante
que penetre en mi corazón
y te separe de mi sangre.


La foto es de: www.taringa.net/posts/imagenes/3404275/Chicas-Llorando.html
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Un poco de mí...

Mi-imagen-para-sidebar-de-Cr-nicas-1

Me llamo Rebeca, pero casi todos me conocen como Rebe.

Me considero lectora sobre todo de poesía, ficción histórica y de narrativa fantástica, pero de vez en cuando me adentro también en otros géneros. Siempre que puedo doy una oportunidad a libros de escritores indie. Creo que en ellos está el futuro de la literatura.

En cuanto a la escritura, creo que estos versos de Lope de Vega resumen a la perfección lo que supone para mí escribir:

"¿Que no escriba, decís, o que no viva?
Haced vos con mi amor que yo no sienta
que yo haré con mi pluma que no escriba."

Lope de Vega.

Si también te apasiona escribir y cazar nuevas nubes en forma de relatos o poemas, no dudes en participar en mi reto mensual #Fuegoenlaspalabras.



Cazadores de nubes que me acompañan

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